noviembre 01, 2006

Amores Pascuales

No me gusta hablar de la muerte. Prefiero hablar de la Pascua. No es que le tenga miedo, sino que intento tener verdadera fe.
Muerte veo en vida y, paradógicamente, sigo viviendo la vida de mis muertos y ellos, siguen viviendo en mí.
Es una obviedad decir que estamos de paso, pero me gusta la imagen por esto del dejar huellas. ¡Tengo tantas huellas en mi corazón!. Tantas personas han pasado pisando a su modo pero siempre, dejando sus huellas. Tantas y tan queridas. Queridas y de las otras también, pero siempre pisando y marcando.
Me gustaría que Dios me regale la gracia de poder recorrer mi arena húmeda y reconocer en ella a todos y cada uno de los que por allí pasaron. Pedirle que las olas de la vida no borren huellas y apostar a más, a que baje el agua así más y más gente deja sus señales en mi corazón para que pueda crecer.
A modo de síntesis agradecida, nombro a dos amores pascualizados: mamá y papá. Ellos se encagarán de tender la mesa, mañana, e invitar a los demás a compartir el banquete de la vida que me regalaron y todavía disfrutan allí.
A todos mis amores, queridos y respetados, vaya esta oración.
Gracias por lo que me enseñaron.
Gracias por haber estado allí.
Gracias por hoy, interceder por nosotros.
Gracias, Dios bueno, por haberme hecho crecer en y con ellos.
Los sigo queriendo a todos.
Los sigo extrañando a todos.
Que Dios los tenga en la palma de su mano.
Recen por nosotros.
Amén

Pd: por si duele mucho todavía... ofrezco de nuevo la fabulita de la paloma

1 comentario:

hna. josefina dijo...

Hoy es un muy lindo día, para los que tenemos ya muchos allí.
Un abrazo.