junio 08, 2012

Parábola breve sobre la Trinidad

La Santísima Trinidad se parece a la música…
Tres elementos son fundamentales e inescindibles: autor, intérprete y obra.
La música está desde el principio y siempre seguirá estando.
Está y es en un estado ininteligible pero presente.
Está en la naturaleza y en el universo.
Trasciende nuestra dimensión y nuestro espacio.
Con la sencillez de unas pocas notas, se combina indefinidamente de modo que en cada obra, materializa su potencia y expresión.
Autor, intérprete y obra, son inevitables e inseparables.
Cada uno remite al otro y sin el otro no habría posibilidad de conocer a ninguno de los dos restantes.
Autor sin intérprete no consuma.
Intérprete sin autor no expresa.
Obra sin autor no es obra y sin intérprete, no habla.
La música contiene estos tres sujetos y los transporta.
La obra es música parcial y completa. Combinando sonidos pasados y presentes, se proyecta siempre hacia el futuro de la nueva escucha.
La música habla al futuro hoy con las notas del pasado. La obra implica un proceso activo llenos de presencias, ausencias y esperas.

Acompañando cada momento de la vida, cada sentimiento, cada estado de ánimo, la música se presenta en obras que nunca desentonan con nuestro corazón. Nuestro corazón ansía encontrar la melodía adecuada que se siente a su lado a compartir su momento especial.

A veces, un acorde ya nos remite a la obra. Otras, un acorde, nos presenta vívidamente al autor. Otras más, un acorde fija en nuestra retina nuevamente al intérprete. Algunas menos, autor, intérprete y obra forman una presencia completa.

De mil modos, como susurro tarareado o con la potencia de la orquesta, la música le da a nuestras vidas un condimento único que encierra en cada uno de nosotros cosas exclusivas e irrepetibles.
La música me habla en primera persona y trae de la mano vivencias tan personales que finalmente puedo afirmar que son mías.

Con la música puedo despegarme de el hoy y viajar.
Viajando puedo volver al ayer y también, proyectar el mañana.

Autor, intérprete y obra, hablan de la música. Son la música.
Padre, Hijo y Espíritu Santo, hablan de Dios. Son Dios.
Uno y trino.

1 comentario:

hna. josefina dijo...

¡Muy lindo!
¡Gracias!