abril 10, 2006

Llegando a la Pascua

¡Crucifíquenlo!

No solo tengo que morir con Cristo.
No.
La Pascua no es tan sencilla.
¿Sencilla? ¿Morir al pecado es sencillo?. No
Pero es más difícil aún dejar de gritar ¡Crucifíquenlo!
Ojala fuéramos simplemente pecadores.
Dios mediante, podríamos convertirnos en pecadores arrepentidos y tendríamos Pascua y paz.
Ojala.
¡Crucifíquenlo!
Eso suena fuerte.
¡Crucifíquenlo!
Desde nuestra vida, muchas veces somos más que pecadores; somos agitadores y promotores de la muerte de Cristo. De todas las muertes.
Muertos matando.
¡Crucifíquenlo!
Un paso superador de la maldad: ¡Crucifíquenlo!
Jesús me sigue incomodando hoy.
¡Crucifíquenlo!
Grito ¡Crucifíquenlo! seguido.
Lo grito de mil formas distintas.
Lo grito y grabo en corazones, memorias, personas.
¡Crucifíquenlo!
A Jesús no lo mató el pecado del mundo: lo mató nuestro grito, expresión de un equívoco todavía vigente.
¡Crucifíquenlo!
El pecado es inofensivo para Dios. Él puede vencerlo y lo venció. La muerte, expresión máxima del mal, reino del Príncipe de este mundo, es inofensiva para Él.
¡Crucifíquenlo!
Mato y peco.
Cuando grito mato y peco.
Siempre mato.
Detrás viene Cristo pintando de Pascua. Pero yo mato e insisto.
¡Crucifíquenlo!
Te ignoro y grito.
¡Crucifíquenlo!
Te abandono y grito.
¡Crucifíquenlo!
Te discrimino y grito.
¡Crucifíquenlo!
Te pisoteo, te burlo, te exploto, te pego, te insulto, y grito.
¡Crucifíquenlo!
Pecar es casi un error. Hasta podría decir, un error pasivo.
Gritar ¡Crucifíquenlo! es mucho más que eso. Es aceptar formar parte de la multitud y desear la muerte de Jesús. Tu muerte. Muerte verdadera y sin Pascua. Muerte final.
Gritar es insistir encaprichadamente y promover un estado de cosas que no nos cuestione, que no nos movilice, que no transforme el mundo.
Jesús sigue muriendo hoy no por causa de nuestros pecados, sino lo que es más grave, por causa de nuestro grito.
¡Crucifíquenlo!
Claro que vuelve a dar la vida.
Sin duda que carga con nuestros dolores, horrores, errores, culpas y heridas, pero lo vuelve a matar, lo machaca y clava en la cruz, nuestro grito.
¡Crucifíquenlo!
El primer desafío a enfrentar en Pascua debería ser dejar de gritar.
El pecado tiene remedio. El grito no.
Prefiero a Barrabás: él no me cuestiona.
¡Crucifíquenlo!
Como humanidad, cuando acepto pasivamente una desigualdad descarnada, grito
¡Crucifíquenlo!
Prefiero a Barrabás: yo soy mejor que él.
¡Crucifíquenlo!
Como argentino, cuando esquivo esa desigualdad descarnada y la miro detrás de una ventanilla o por sobre el alambrado de mi casa, grito ¡Crucifíquenlo!
Como hombre, cuando privilegio mi propio interés al de mis amores, cuando abandono dulcemente a mi familia, cuando no les presto atención, cuando los desatiendo, cuando los traiciono, grito ¡Crucifíquenlo!
Como Iglesia, cuando me contento pensando que estoy del lado de los salvados, grito
¡Crucifíquenlo!

Y finalmente se cumple.

Finalmente llega la Pascua, no por el pecado, sino por el grito.
La Pascua lava el pecado, pero el grito sigue. Y más fuerte.
Grito al aceptar y promover la explotación del hombre.
Al permitir y deleitarme con la cosificación de la mujer.
Al consumir como un enfermo.
Al ambicionar más de lo que podría gastar en tres vidas.
Grito.
Si soy deshonesto, grito.
Si te mato la esperanza, grito.
Si, grito mucho. Demasiado se escucha el atronador ¡Crucifíquenlo!
Quizás debería pedir en esta Pascua que Jesús me ayude a ser nada más que un pecador.
Seguro tengo que pedir en esta Pascua, que me regale la fuerza para vencer los deseos de gritar.
Que me saque de la multitud.
Que me tape la boca.
Que me amordace. Así mi corazón deja de desear el grito, y comienza a vivir la paz.
Que la Pascua me regale la paz del silencio.
Dios quiera que podamos parar de gritar.
Se terminaría la muerte.
Ganaría la vida y no tendría necesidad de probarlo más.
Ya no sería necesario morir para poder resucitar.
Estaríamos vivos.
Vivos.

Pablo Muttini

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias por compartir tus reflexiones. Estoy seguro de que, en la red, van a aprovecharse más que cuando circulan como papelitos... Deseo que el Dios de la vida, que una vez más nos recuerda que en él estamos ya resucitados, nos acompañe con su amor, su luz, su paz y su justicia.

Anónimo dijo...

Pablo, Gracias por tus líneas.-
1°) Me trasladan en tiempo y espacio = a Sta. Rafa, es Sábado y escucho tu voz!
2°) Leidas AQUÌ EN Alemania, transmiten un MENSAJEde OTRO MUNDO =
Como, que a NADIE le interesa . . .
Reflexionar sobre hechos, que son cuestionados públicamente en su verdad histórica, parece un comportamiento del pasado. Definitivamente no pertenecen a lo que ahora se denomina como POST-Moderno.

La mayoría de la Juventud ni se hace el trabajo de cuestionar al Cristianismo.
Es Inexistente y por eso insignificante. El concepto "FE" simplemente es ridículo.

En los noticieros por cable se utilizan hasta artificios linguísticos para no despertar SOSPECHAS . . . Como si el "SER Cristiano" demostrara un comportamiento arcáico, como si pusiera en riesgo la fuente de trabajo, por difundir información tendensiosa . . .

Parecería que exisitiera una "SISTEMÁTICA del MAL", y bien organizada . . .

Y en la Argentina no estamos nada lejos de esta evolución. Sta Rafa es la gran excepción.
Te traté de responder VÍAS tu Blog y me salió mal.
Parece, que ahora tengo un Blog propio (Matheus25)
y todavía no sé que es . . .

Anónimo dijo...

Muchas gracias por hacerme compartir un pensamiento tan lindo y apropiado al tiempo que estamos viviendo como Iglesia.
¡Realmente cuántas veces lo volvemos a crucificar a Jesús!
Nuestros egoismos, envidias, soberbias, habladurías, orgullos y tantas otras cosas que nos alejan de Él y de nuestros hermanos, son los clavos de sus manos y pies.
Pero siempre llega la Pascua que nos hace renacer a su gracia, por la infinita misericordia del Padre.
Cuando tengas otra de estas reflexiones, envíamelas porque ayudan mucho a pensar en lo profundo.
Un abrazo grande.

Anónimo dijo...

Gracias Pablo por tener un corazón tan grande como para compartirlo, con quienes te conocemos y queremos. Reflexión??? por ahora no... sólo te acompaño... cariños. Chuchú