abril 11, 2006

¿Dónde estaré los próximos días?

Pensaba antes en el grito. En el gritar desde la multitud ¡Crucifíquenlo!.
Confieso que me dolió bastante reconocer cuántas veces lo grito; entonces, voy tratando de buscar otro lugar. En principio otro por lo menos. Otro diferente que nos sea, claro está, el lugar del que lo flagela o del que lo crucifica.
Quizás me quede entre la multitud viéndolo pasar una vez más, pero no, quiero llegar al lugar sencillo del pecador.
Al lugar del error, no al de la maldad.
¿Será mucho pedir?
Quiero sentirme plenamente equivocado en mis errores.
Llegar al lugar del pecador arrepentido o vergonzante. Del que se esconde o bien del que siente con el corazón rasgado que se está viviendo una verdadera atrocidad.
Al lugar de ese pecador que al verlo sufrir, se sorprende y siente que ese sufrimiento lo representa y redime, y que el domingo, confirma que ese sufrimiento lo representa y resucita.
Vivir esta Pascua con inocencia.
Sorprenderme con el convite de la cena.
Pedirle que no me lave los pies.
No entender qué me quiere decir.
Verlo partir hacia el calvario y desear estar en su lugar...pero no poder, por no querer.
Entre medio, redimensionar mi vida.
Frente a cada latigazo, redimensionar mi vida y mi muerte.
Frente a cada dolor, arrepentirme de tantos dolores que he infringido.
Frente a la cruz desear mi muerte en vez de la suya...pero no entregarme.
Frente a la resurrección, agradecer su entrega y renovar mi vida.
Una vida que lleve a la vida.
Ya vendrá el tiempo de otras cosas.
Ya llegará Pentecostés.
Ya Él me dará la fuerza para poderlo contar.
Por ahora, sencillo: desde el lugar del pecador arrepentido, intentar una Pascua distinta.
Pablo Muttini

No hay comentarios.: