octubre 02, 2006

Medidas drásticas

Breve comentario del Evangelio de ayer: Mc 9, 38-43. 45. 47-48

Cortar.
Arrancar.
Cortar.
Palabras duras de boca de Jesús.
El sábado, predicando este evangelio a un grupo de bienaventurados pregunté: “si tuvieran la certeza de que cortándose una mano podrían volver a la vida (léase, dejar la droga, el alcohol, perdonar, y demás muertes), ¿lo harían?”. La respuesta fue unánime: SI.
Parece que es más dura la realidad que la propuesta quirúrgica de Cristo.
Duele mucho más el mordisqueo de la muerte que el filo o el tirón seco.
Yo también tengo cosas para que Él corte. Cosas que no me animo ni siquiera a tocar. Muertes de las que no puedo resucitar.
Necesito un cirujano experto.
Necesito conversión, corte. Microcirugía y cirugía mayor. Muchas de las unas y muchas de las otras.
Necesito la fe para entregarme al cirujano y desprenderme de lo que me mata.
Amén.

2 comentarios:

hna. josefina dijo...

Me pliego totalmente a tu: ¡Amen!

hna. josefina dijo...

¿Y, Pablo?...
¡Se te extraña!
Ojo, que son muchos más los visitantes que los que comentan.