marzo 13, 2007

El lugar para el abrazo

Hay muchos espacios para vivenciar el abrazo del Padre. Propongo éste. Lo probé. Lo pruebo. Hace bien. Es de Dios.

Dios habla desde las obras con palabras de misericordia.
Dios habla en las obras.
Dios habla. Debe hablar.
Quien lo escucha, comienza a intuir un modo de ser Iglesia, más parecido a Cuerpo de Cristo.
Las obras son puertas de la Iglesia horizontal. Deben serlo.
Las puertas abiertas de las obras son las manos abiertas de Jesús; los brazos abiertos del Padre. Al entrar todos deberíamos sentir su calor, su firmeza, su amor. Manos abiertas que sanan, acarician, alimentan, levantan, animan.
En las obras todos somos misionados. Todos somos anuncio.
En las obras todos podemos animarnos a amar como Dios manda; a descubrir a ese otro que es amado por Dios. Amado y respetado. Amado, respetado y valorado al extremo de la cruz.
Las obras son espacios de encuentro. Deben serlo.
Abrazos misericordiosos de perdones inexplicables.
Abrazos misericordiosos de perdones sólo explicables por el amor.
Ese sigue siendo desafío del cristiano hoy: amar a Dios sobre todas las cosas y también amar a ese prójimo a quién Él tanto ama, con un amor profundo, serio, visceral; compartiendo el tiempo y el espacio. En contacto.
Las obras son espacios de reconciliación. Deben serlo.
En las obras podemos ser nosotros mismos resignificando nuestra humanidad, expresándonos con nuestros límites mientras decimos que sí y damos lugar al milagro.
Son. Deben serlo. Él nos pide que lo sean.
El abrazo que tenemos para dar es el Suyo; ese que resucita a los muertos. Ese que los muertos necesitan para volver a la vida.

Querido Jesús: te pido que me regales la generosidad para no guardarme Tu abrazo. Para no negar aquello que mi hermano que está "de vuelta en casa" necesita para sentirse bienvenido. Para que su presencia sea el motivo de la fiesta. Amén.

Aporte para rezar con Lc 15, 1-3. 11-32

4 comentarios:

Pablo Muttini dijo...

Aquí estoy de vuelta...esperando el abrazo. Vacaciones y complicaciones varias me alejaron de este espacio que tanto bien me hace compartir.
Gracias, Jose, por la preocupación y el aliento. Aquí estoy... para lo que gusten mandar.
Saludos,
Pablo

Semilla dijo...

¡HOLA AMIGO! que alegría leerte nuevamente... se te extrañaba. Me gustó mucho eso del abrazo... me dejas pensando.
CARIÑOS

Pablo Muttini dijo...

Gracias, Semilla. Me alegro de que te alegres. También me alegra que este sencillo aporte sirva para vivir de otro modo aquello que no podemos explicar.
Ya pasaré a visitarte. Lentamente, iré volviendo a la normalidad (si es que vale la expresión)
Saludos
Pablo

hna. josefina dijo...

Pasé de nuevo... ¡y te encontré!
¡Qué bueno!¡Gracias!