octubre 27, 2006

Aprendiendo a ver


Hasta hace un tiempo, pensaba que tenía la capacidad de ver correctamente todo cuanto me rodeaba. Ver correctamente implica incluso comprender y apreciar lo visto. Un día mis sobrinos trajeron un libro de estereogramas y me desafiaron a ver lo invisible. Naturalmente que al primer intento fallido decidí que eso no era para mi.
Sin embargo me quedó la duda: se verá realmente algo allí.
Probe un par de veces y sí, efectivamente allí había algo. Casi mágico podría decir.
Bien, esto es lo que le voy a pedir a Jesús, cuando este domingo (Mc 10,46-52) pregunte "¿Qué quieres que haga por tí?", que pueda contestarle con fe: "¡Maestro, que yo pueda ver!".
Hasta el estereograma, nunca me había cuestinado cómo miraba. Ahora me inquieta pensar que Jesús puede regalareme otra forma de ver.
Mañana, probablemente me inquiete y comprometa mucho más, aquello nuevo que haya visto.
Dios quiera.
Amén.

ver otros estereogramas

6 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Aún no lo entiendo bien, pero paso cada tanto por la página del bloguero argentino Hernán: clic.
Saludos.

Pablo Muttini dijo...

Juan Ignacio...¿qué es lo que no entendés bien? el artículo o los estereogramas. Si es lo primero, no te culpo, me hago cargo y quedo a tus órdenes. Si hablás de los esterogramas, sinceramente yo tampoco los entiendo pero me apasionan e inspiran. Es fantásitco ver cómo el caos pasa a ser armonía, profundidad y paz.
Muchas veces, frente a lo caótico de la realidad, trato de ponerme los anteojos de Dios y ver qué imagen me está esperando allí, y como con los esteroegramas, no siempre la logro descubrir.
Abrazo y gracias,
Pablo

Juan Ignacio dijo...

Te confieso la verdad: no logro ver las imagenes...

Pablo Muttini dijo...

jajaja... no es sencillo.
te transcribo unas instrucciones que aparecen en un link.
Hay varias técnicas; describiré algunas. ¡Suerte!

No recomiendo empezar a practicar en el monitor de la computadora, ya que provoca un cansancio visual mucho mayor que el papel. De todas maneras, si no puedes ver el estereograma, no esfuerces la vista. Descansar, y volver a intentar.

Se trata de, teniendo la imagen (papel o pantalla) a unos 40-50 cm de distancia, hacer converger los ojos a unos 40 cm detrás de ella. No se trata de desenfocar la vista de manera de ver todo borroso (la imagen se debe ver nítida), sino de convencer a los ojos a apuntar a un sitio desacostumbrado.

La sensación de visión tridimensional de los estereogramas es muy vívida y clara. No te conformes si te parece apreciar algún vago "efecto de profundidad"...; en ese caso, o bien no lograste la aprender la técnica de visión, o bien el estereograma es defectuoso (por ejemplo, porque fue mal impreso o porque hay algún problema en el uso de tu monitor o de tu software para visualizar). Conviene que algún amigo conocedor verifique que el estereograma esté bien, y que estás mirándolo en la orientación correcta. Por ejemplo, si el estereograma se rota 90 grados, el efecto 3D desaparece. Lo mismo puede pasar si la imagen se está mostrando con algún "zoom" (en el monitor, debe verse con una magnificación del 100%).

La técnica básica de aprendizaje es sobre todo tener paciencia. Sentarse frente a la imagen, dejar los ojos vagar sobre ella y (lo dije ya?) tener paciencia. La imagen virtual, en tres dimensiones, aparecerá detrás del papel o monitor.

Las otras técnicas pueden ser de ayuda en algunos casos desesperados:

Tomar una transparencia (o acetato, o vidrio) y apóyarlo sobre el papel. Al fijar la vista sobre la imagen, debe ver el reflejo de tu propio rostro; regular la orientación e iluminación de manera que el reflejo no estorbe demasiado la visión del estereograma, pero tal que pueda ver el contorno de la cara. Concentrar los ojos de tal manera de ver nítidamente el reflejo, y relajarse...

Poner el papel junto a los ojos ojos, pegado a la cara (naturalmente, no verás nada). Empezar a alejarlo lentamente hasta unos 40 o 50 cm. Mantener la vista "floja" , no esforzarla para concetrarse sobre el papel. Probar una y otra vez.

Rubén dijo...

Fue algo maravilloso, casi no lo pude entender, pero ahí estaba un aro como si fuera una mágica corona que estaba en el centro de todo, se veía retorcida girando sobre sí misma, fue impresionante, tanto, que quise tocarla. Es raro como la mente comienza a divagar buscando algún indicio de que es lo que está pasando, incluso sentí que la imagen se movía, pero solo estamos aprendiendo a ver, es como cuando aprendemos a leer, son simples puntos, líneas, colores, manchas pero nuestra mente le da significado. Me gusto tanto esta imagen que la puse como fondo en mi pantalla.

Yo escribí algo parecido, por si gustas leerme, bueno a todos los invito a leer mi blog.

http://eldespertad-ruben.blogspot.com/2010/10/aprendiendo-ver.html

Por cierto lo único que hice es tener fe en lo que dijiste, creí que había una imagen y la pude ver.

Gracias por permitirnos comentar.

Rubén dijo...

Si quieres ver la imagen solo ten fe y vas a ver como hasta intentarás entrar en ese extraño mundo.

¡Fe es creer en lo que no se ve y la recompensa es ver lo que uno cree!

Gracias por publicar mi comentario.

Que Dios te bendiga y te de mas sabiduría para que la sigas compartiendo con nosotros, porque cuando bendecimos, sin querer nos bendecimos.

Porque todo regresa a nosotros la fuente.